Más allá de los tratamientos, las mascotas y la tecnología pueden ser grandes aliados a la hora de ayudar a las personas con TEA. Compartimos esta nota escrita por María José Madarnás
La sociedad no ceja en su empeño por descubrir y desarrollar mejores terapias y actividades de ayuda a los niños con trastornos del espectro autista. No es una tarea fácil. Por sus propias características, para los investigadores el autismo supone un desafío aún mayor que otro tipo de condiciones especiales también investigadas.
Además, los descubrimientos requieren de un largo proceso de recolección de datos, contraste y confirmación hasta que la comunidad científica los considera probados y sin efectos secundarios perjudiciales.
Es por ello que se dilata el tiempo transcurrido entre que aparece la noticia de que se confía en nuevos hallazgos beneficiosos y se generaliza la aplicación de los mismos. Además, el método científico hace que haya una permanente revisión de todo lo conocido hasta el momento, según se van recopilando y ordenando nuevos conocimientos y ampliando las bases de datos disponibles.
La tecnología como apoyo a investigadores y a personas con TEA
Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) están ayudando en la investigación del autismo al permitir que los diversos centros de estudio repartidos por el mundo puedan disponer de manera casi inmediata de los datos y descubrimientos que cada uno de ellos vaya realizando.
Los profesionales, especialistas e investigadores pueden debatir enseguida sobre sus diversos puntos de vista y unificar sus bases de datos para hacerlos accesibles a todos los investigadores involucrados en el desarrollo de nuevas terapias.
Pero los propios afectados con TEA y sus familias pueden encontrar apoyo en el uso de nuevas tecnologías. Para los familiares, estas proporcionan la posibilidad de contactar con facilidad con los terapeutas o con asociaciones de personas en su misma situación, así como de mantenerse informado de los nuevos avances y de encontrar asesoría cuando la necesiten.
Para los niños con TEA, se están desarrollando herramientas que les faciliten una mejor relación con su entorno, especialmente con sus familiares. Hoy existen aplicaciones para dispositivos móviles y para ordenadores que facilitan esa interacción.
La tecnología también puede facilitar la estimulación sensorial del niño con TEA. Se ha descubierto que gracias a determinadas actividades, su cerebro genera más actividad en determinadas áreas vinculadas con la comunicación. Tareas relacionadas con el reconocimiento de sonidos, formas, colores y distintos tipos de imágenes, pueden generar una mayor actividad cerebral beneficiosa para que pueda interactuar con más facilidad con el entorno que le rodea.
Las mascotas, otra terapia alternativa
Además del uso creciente de nuevas tecnologías, desde hace ya tiempo se tienen muy en cuenta los muchos datos coleccionados acerca de las reacciones positivas de niños con TEA al relacionarse con animales.
Esta relación es tan positiva en muchos casos, que incluso existen academias especializadas en el adiestramiento de animales, especialmente perros, para personas con TEA. En el caso de los niños, su reacción a la relación con mascotas es marcadamente positiva, aún más acusada que en el resto de pacientes. Hay razas de perros que son especialmente indicadas para niños, tanto si tienen condiciones especiales como si no, y también incluyendo a los niños con trastorno del espectro autista.
La relación con un animal fomenta un sentido de responsabilidad en el niño. De forma natural, el niño tiende a ver al animal como algo de lo que tiene que ocuparse, facilitando así que se vincule con unas rutinas diarias.
Igualmente, el vínculo con la mascota promueve el establecimiento de más vínculos interpersonales con los demás dueños de otras mascotas. Por eso, muchas terapias con animales incluyen la posibilidad de reunirse con otros niños, algo que es especialmente interesante si son niños que se encuentran en situaciones similares.
Conclusiones
Las terapias alternativas no son excluyentes entre sí, al contrario, pueden verse reforzadas al coincidir en el tiempo, produciendo una sinergia positiva que aumente su eficacia. Asimismo pueden combinarse con terapias tradicionales, ya que no hay necesidad de que un método terapéutico desplace o elimine a otro.
Lo más importante es encontrar aquello que funciona mejor para cada niño, pues cada persona con TEA es única y reaccionará de formas diferentes a los mismos estímulos. Es necesaria la observación detenida y tener paciencia para encontrar los elementos, tecnológicos o no, que permitan a cada niño con TEA encontrar una vía de comunicación con los demás.
Por María José Madarnás, editora de Maternidad Fácil.
Referencias:
http://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/autism/facts.html
http://maternidadfacil.com/el-autismo-infantil/
http://www.terapiaconanimales.org/pdf/autismo%20.pdf
http://autismodiario.org/2014/12/31/lo-mejor-en-investigacion-sobre-autismo-del-2014/