En general, la comunicación espontánea se define como comportamientos comunicativos que se producen en la ausencia de indicaciones y otras claves verbales. Se dice que las personas diagnosticadas con autismo carecen de espontaneidad en sus interacciones, que se basan en instrucciones que pueden incluir indicaciones verbales, modelado y orientación física.
Un concepto binario propone que la espontaneidad es un fenómeno de todo o nada. El acto comunicativo es espontáneo o reaccionario. La espontaneidad también se puede ver a lo largo de un continuo. El modelo del continuo reconoce que cada acto comunicativo tiene algún grado de espontaneidad. A pesar de las inconsistencias en cuanto a la definición y la conceptualización de la espontaneidad, por lo general, se puede acordar que las personas con TEA a menudo dependen de instrucciones para evocar la comunicación expresiva. En cuanto a la conducta de análisis, una respuesta espontánea se define como ”una respuesta verbal a un estímulo discriminativo no verbal en ausencia de un estímulo discriminativo verbal”.
Una amplia variedad de intervenciones han sido utilizadas para establecer diferentes tipos de comunicación en individuos con TEA. Algunas parecen ser más exitosas que otras en términos de establecer una comunicación espontánea. Las intervenciones conductuales tradicionales enseñan comunicación con programas altamente estructurados. Primero se centra en habilidades tales como el contacto visual, en el comportamiento, y la atención, antes de intentar desarrollar habilidades tales como apareamiento, la imitación verbal, lenguaje receptivo y expresivo, y el juego.
Mientras que este método ha enseñado con éxito la comunicación mediante rigurosos procedimientos de condicionamiento operante, se han planteado interrogantes en cuanto a si esto puede interferir con la capacidad de los individuos para comunicarse de forma espontánea. Los críticos han argumentado que esta puede resultar en una falta de iniciación que podría conducir a la pasividad. Como consecuencia de esta falta de comunicación espontánea y de generalización de los niños que habían dominado los objetivos de comunicación en estos ámbitos estructurados, los profesionales han examinado intervenciones alternativas. Esto condujo a un cambio en los enfoques de comportamiento que promueven el uso de contingencias más naturales en el que las oportunidades de aprendizaje fueran iniciadas por el niño.
Hay terapias que se centran en enseñar a las personas nuevas habilidades de comunicación y comportamientos dentro de su entorno natural. Estos procedimientos están diseñados para sacar provecho de los “deseos e intereses de las personas, donde a los profesores se les anima a seguir al alumno”. Es decir, el control del entorno de enseñanza se comparte. Además, el alumno selecciona actividades que aportan a los contextos y los temas de intercambio comunicativo. Si bien el enfoque general de la terapia ha reportado éxito en aumentar el vocabulario, el mantenimiento de las habilidades comunicativas, y facilitar el uso espontáneo del lenguaje, las técnicas específicas utilizadas varían mucho de un estudio a otro.
Un procedimiento que se utiliza a menudo como parte de un programa de enseñanza de la lengua natural es tiempo de retardo. Es un procedimiento en el que se impone una demora entre la presentación de un estímulo y un mensaje. Por ejemplo, un profesor produce una vocalización y espera unos segundos para que el alumno imite la vocalización antes de preguntar la respuesta. Procedimientos de tiempo de retardo se pueden utilizar para establecer producciones de lengua rápida y generalizada.
Una serie de enfoques que se han utilizado en el campo del análisis de conducta, son los guiones escritos o cintas de audio que proporcionan los modelos de un lenguaje apropiado. Estos guiones contienen expresiones y frases que son relevantes en ciertas situaciones sociales y entornos. Se invita a acercarse a un interlocutor con un guión, y leer la frase u oración al otro. Cuando las personas comienzan a usar correctamente y funcionalmente los guiones, éstos se retiran gradualmente. Los guiones van poco a poco desapareciendo y dan lugar a un aumento en el lenguaje espontáneo que anteriormente había estado ausente.
Las personas con trastorno del espectro autista presentan deficiencias en la interacción social y la comunicación. Un déficit clave parece estar relacionado con la comunicación espontánea, que está ausente en el mejor de los casos, y es inexistente en el peor. Si bien es un problema persistente, no hay intervenciones estándar. Más bien, los investigadores sugieren que los esfuerzos para mejorar la comunicación deben basarse en las capacidades de un individuo y deben adoptarse estrategias basadas en la evidencia de la enseñanza del comportamiento. Teniendo en cuenta que hasta el 50% de las personas con TEA no pueden desarrollar el habla, los sistemas de comunicación aumentativa y alternativa son a menudo los métodos de elección. Se ha producido un cambio de la forma y la comunicación total con la ayuda de sistemas AAC como PECS y VOCAs. Aunque no exentos de críticas, tales sistemas de comunicación han establecido y aumentando los comportamientos comunicativos espontáneos en muchos individuos con autismo. La comunicación espontánea ha sido el blanco de muchas de intervenciones. Las fortalezas del alumno, los déficits y el perfil único de aprendizaje deben guiar la selección de estas estrategias de intervención dirigidas a mejorar la comunicación espontánea de los individuos con autismo.
Modificado de:
Duffy C., Healy O. 2011. Spontaneous communication in autism spectrum disorder: A review of topographies and interventions. Research in Autism Spectrum Disorders 5: 977–983
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