Las características sensoriales se refieren a la forma en que las personas procesan sus entornos sensoriales. Un modelo describe una relación entre dos constantes: el umbral neurológico que las personas tienen en relación a los estímulos sensoriales que se encuentran y la respuestas conductual a los estímulos.

Las intersecciones entre estas dos constantes forman cuatro cuadrantes que también abarcan nueve factores relacionados con estos cuadrantes. A partir de las respuestas a los ítems de las escalas diseñadas para medir estos factores, las personas pueden ser asignados a una preferencia de procesamiento sensorial, que es un rasgo estable que puede cuantificarse en términos de los cuatro cuadrantes de: sensibilidad sensorial (el individuo se distrae fácilmente por estímulos más recientes y puede ser hiperactivo), evitación de estímulos (el individuo se aleja del estímulo y puede tener conductas disruptivas), bajo registro (indicados por la falta de interés y baja afección), y búsqueda de sensaciones (activo y buscador).

Los extremos en los perfiles sensoriales son más comunes en los niños con TEA en comparación con sus compañeros que no tienen autismo. El perfil sensorial es un rasgo estale y en las personas con TEA está asociado a la profundidad del autismo y las dificultades en la comunicación y los comportamientos repetitivos. Sin embargo, esto no es cierto para todas las personas con autismo, y es imporante evaluar el perfil sensorial al recibir un diagnostico de TEA.

La mayoría de los estudios en los niños con TEA utilizan exclusivamente informes de los padres. Sin embargo, el las escalas que deben completar los cuidadores incluyen frases tales como “No le gusta andar en auto”, “Aficionado a los ruidos extraños” y “Prefiere estar en la oscuridad”, todos los cuales hacen suposiciones acerca de los estados internos de los niños evaluados. Esto puede ser una posible fuente de invalidez cuando un padre sin TEA hace una evaluación del estado interno de un niño con TEA (o, de hecho, cuando cualquier padre hace una evaluación de un niño). Al igual que cualquier otra pregunta sobre el estado interno de otra persona, las respuestas de los padres pueden representar su propia interpretación (parcial) del estado de su hijo en lugar del estado real del niño. Se ha demostrado que estado emocional de los padres (ansiedad) influye en cómo clasifican el mismo estado emocional en sus niños con TEA. Además, los padres también pueden estar acostumbrados a ciertos comportamientos de los niños y no sub-evaluarlo. Los protocolos actuales de evaluación del perfil sensorial depeden de los informes de los padres. Se sugieren que los niños con TEA también pueden contribuir a su evaluación facilitando su propia autoevaluación.

En este trabajo, las madres clasificaron las dificultades sensoriales de sus hijos con TEA como menos severas que los que ellos mismos pensaban. Aunque es imposible determinar qué fuente es la más precisa, si pensamos que los niños con autismo sienten mayores dificultades sensoriales que lo que sus cuidadores perciben, entonces si se basa la planificación del tratamiento en los datos proporcionados por el cuidador, puede no alcanzar para resolver el nivel de dificultad que el niño tiene.

Esto tiene importantes implicaciones éticas y clínicas debido a aspectos críticos de las necesidades del niño no pueden ser abordados, lo que les deja potencialmente vulnerable a los resultados psicológicos de la disfunción en la integración sensorial. Esto puede incluir dolor y agobio sensorial, frustración y angustia o el comportamiento desafiante, lo que agrava la dificultad del niño para hacer frente de manera efectiva con su entorno.

Es necesario abordar la planificación del tratamiento de manera que los niños con TEA puedan aprender a desarrollar respuestas más adaptativas al estímulo sensorial. Es arriesgado pensar en las calificaciones del niño como las más válidas, simplemente por las limitaciones que las madres podrían tener en la comprensión de las experiencias internas de sus hijos. Por lo tanto, se sugiere utilizar múltiples fuentes de información en la evaluación del perfil sensorial y combinar las evaluaciones con la observación directa es probablemente la mejor forma de proceder.

Modificado de: Bitsikaa V ,Sharpleya CF, Millsa R. 2016. Disagreement between mothers’ and their sons’ with an ASD on ratings of Sensory Features.  Research in Autism Spectrum Disorders 22: 10–19

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