Los datos de este estudio proporcionan una nueva visión de la forma en que los hombres y mujeres jóvenes con TEA experimentan su mundo sensorial y cómo reaccionan ante él. Sobre la base de estos resultados, es razonable sugerir que, en general, aún no se ha demostrado de forma concluyente la presencia de diferencias basadas en el sexo en la mayoría de los aspectos sensoriales que se evalúan de forma rutinaria para el diagnóstico de TEA a través del perfil sensorial.
La hiperreactividad e hiporeactividad sensorial y los intereses inusuales en los aspectos sensoriales del medio ambiente han recibido mucha atención debido al impacto que estas características sensoriales pueden tener en la vida de las personas con autismo. Por ejemplo, las características sensoriales en niños con TEA se han relacionado con dificultades en varios aspectos de la vida diaria, menor participación en actividades sociales, físicas y comportamiento desafiante. Las características sensoriales son más intensas que en personas sin tea, y esto puede generar un estrés severo. El perfil sensorial de una persona es la forma en que ella responde a los eventos sensoriales, combinando su umbral sensorial (que puede ser alto o bajo) y su estrategia de respuesta (pasiva o activa).
La prevalencia actual del trastorno del espectro autista (TEA) incluye una proporción promedio de 4 varones por cada mujer, aunque un meta análisis reciente de 54 estudios que incluyó más de 13 millones de participantes encontró que la proporción real estaba más cerca de 3: 1. Existe cierta conjetura de que las diferencias neurobiológicas subyacentes entre hombres y mujeres con TEA conducen a diferencias en la forma en que la sintomatología central de TEA se manifiesta. Algo de apoyo para esta perspectiva proviene de un meta análisis de 22 estudios que encontraron que, en general, los niños mostraron más comportamientos restringidos y repetitivos (donde se incluyen las características sensoriales) que niñas, pero no hubo diferencias significativas en el comportamiento social y la comunicación.
Otros documentos han informado hallazgos mixtos y contradictorios con respecto a las diferencias en las características sensoriales entre varones y mujeres. Por ejemplo, se ha sugerido que cualquier diferencia de sexo en comportamientos restringidos y repetitivos en niños con TEA refleja los mismos tipos de diferencias de sexo que se pueden observar en niños sin TEA, y que existen bases genéticas y de neuroplasticidad para que los niños muestren síntomas de TEA con más frecuencia. Un estudio reciente no encontró diferencias significativas entre los hombres y las mujeres en cuanto a las sensibilidades sensoriales, pero las mujeres tuvieron puntuaciones más bajas en los intereses sensoriales, y otro estudio encontró que las mujeres adultas tenían puntajes significativamente mayores en respuestas sensoriales inusuales. Todos estos son hallazgos clave sobre la naturaleza subyacente de las diferencias de síntomas de TEA entre sexos.
La hipótesis investigada en este estudio fue que habría una frecuencia significativamente más alta de conductas relacionadas con las características sensoriales en hombres que en mujeres con TEA. Sin embargo, los autores concluyen que la hipótesis no ha sido verificada por sus datos. Sin embargo, han encontrado diferencias entre los sexos que fueron evidentes y que podrían ser de importancia clínica.
Aunque no hubo pruebas concluyentes de diferencias basadas en el sexo en el perfil sensorial en este estudio, el valor de la información individual detallada con respecto a las características sensoriales en estos niños puede informar la planificación del tratamiento y proporcionar una comprensión de los comportamientos. Esos comportamientos pueden tomar varias formas y también pueden incluir niveles personales significativos de estrés para los propios niños, complicando aún más sus interacciones con los demás.
Modificado de:
Bitsika V, Sharpley CF, Mills R (2018) Sex differences in Sensory Features between boys and girls with Autism Spectrum Disorder. Research in Autism Spectrum Disorders 51: 49-55, https://doi.org/10.1016/j.rasd.2018.04.002.
Foto: