La empatía es un componente esencial de nuestra sociedad. Es un factor motivador para el comportamiento desinteresado y prosocial que permite a las personas crear conexiones, desarrollar vínculos de confianza, y obtener información sobre las acciones de otros. ¿Cómo es la empatía en las personas con TEA?
Empatizar es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otro atribuyendo estados mentales a otros. La teoría de la mente es la capacidad de reconocer que los estados mentales de otras personas (es decir, creencias, intenciones, deseos, emociones, conocimiento) pueden diferir del propio. La teoría de la mente bien desarrollada nos ayuda a resolver conflictos, desarrollar habilidades sociales y predecir el comportamiento de otras personas. Se ha sugerido que muchas personas con TEA tienen dificultades para asignar estados mentales a otros. Por otro lado, la teoría de la simulación postula que las inferencias sobre los estados mentales de los demás surgen imaginativamente al proyectarse en el lugar de otra persona y simular lo que podría creer, desear o intentar. Se cree que surgen estas capacidades de “lectura mental” del uso de neuronas espejo especiales que se liberan al observar una acción realizada por otro. La investigación sugiere que los sistemas básicos de mimetismo motor están intactos en TEA.
Se cree que las personas con TEA tienen dificultades con la empatía, lo que probablemente esté relacionado con las dificultades en la comunicación social y las limitaciones en la lectura mental y el reconocimiento emocional.
La naturaleza compleja de la empatía requiere un individuo para comprender el estado mental de otro y responder con una emoción o acción apropiada. La empatía tiene dos componentes principales: (1) empatía cognitiva, que denota la capacidad de entender la perspectiva de otra persona; y (2) empatía afectiva (o emocional), que es la respuesta emocional del observador al estado mental del otro.
El fenotipo ampliado del autismo observado en los familiares fortalece la noción de que la empatía en TEA está controlada por herencia poligénica. La variación genética en el sistema de oxitocina puede ser otro predictor de diferencias individuales en el desarrollo temprano de empatía. La oxitocina es un mensajero químico que controla aspectos clave del comportamiento social y la cognición social. Es importante en la formación y mantenimiento de las relaciones sociales y mejora la capacidad de empatía.
En un estudio que comparó la empatía cognitiva entre mujeres y varones con autismo a través de evaluaciones de teoría de la mente, no se encontraron diferencias. Sin embargo, sí se observaron diferencias en el comportamiento. Las mujeres mostraron mejores habilidades socio-comunicacionales, que en muchos casos enmascaran el diagnóstico. En otros estudios se observaron diferencias en la empatía entre varones y mujeres con TEA, aunque atenuadas en relación a las diferencias que se encuentran en la población general.
El desarrollo de la empatía es gradual, que empieza en la niñez y culmina en la edad adulta. Los resultados sugieren que arriba de un umbral particular, el coeficiente intelectual no influye en la respuesta empática. En cambio, la edad sí. Por lo tanto, la intervención temprana es imprescindible para promover el desarrollo de los mecanismos que mejoran la empatía.
Se cree que mejores habilidades lingüísticas y funciones ejecutivas se correlacionan con una mayor empatía. Las comorbilidades, por otro lado, suelen disminuir la empatía. Además. Familiares de personas con autismo, que están dentro del fenotipo ampliado, suelen tener una empatía disminuida respecto al resto de la población.
Como mucho de los genes asociados al TEA tienen un rol en el desarrollo y conectividad neuronal, no es sorprendente que los individuos con TEA tengan una estructura y función cerebral distinta. Muchos estudios también han examinado las redes cerebrales que pueden ser la base de los déficits empáticos en los TEA. Por ejemplo, algunas deficiencias en las redes neuronales vinculadas a una reducción de la empatía en TEA, incluye hipoactividad en la ínsula anterior y activación reducida de la corteza prefrontal medial. El primero conduce a una disminución de la conciencia emocional, y el último crea dificultades en el procesamiento de la empatía cognitiva. Además, los déficits en el procesamiento de recompensas subyacen a la hipótesis de motivación social del autismo y puede explicar la hiporeactividad de los individuos con TEA a rostros humanos. Como resultado la lectura de la emoción de las expresiones faciales puede ser más difícil para las personas con TEA, lo que contribuye a que disminuyan en mímica, empatía, y procesos relacionados.
Como una extensión de las redes neuronales distintas, también se observan varios déficits de procesamiento sensorial en individuos con TEA. Estudios sobre respuestas empáticas al dolor, han demostrado que las personas con TEA tienen dificultades para encarnar el dolor de los demás, lo que sugiere que los déficits empáticos implican resonancia sensoriomotora reducida.
La investigación actual sobre la empatía en TEA es extensa e incluye estudios que caracterizan los efectos del sexo, la edad, CI, gravedad del trastorno y comorbilidades. Una mejor comprensión de las características clínicas y los posibles mecanismos de los déficits empáticos en los TEA podrá conducir a mejores diagnósticos y terapias
La comprensión actual del concepto de empatía en TEA sigue siendo limitado por la simplificación excesiva de la naturaleza compleja del autismo. Dado que los déficits empáticos pueden surgir de la genética, las redes neuronales y el procesamiento sensorial, los estudios deben explorar la epigenética y la interacción entre factores ambientales y susceptibilidades genéticas.
Cabe destacar, que la evidencia sugiere que ha habido una disminución en empatía (y un aumento en el narcisismo) en las dos últimas décadas entre individuos sin autismo.
Modificado de: Harmsen. IE (2019) Empathy in Autism Spectrum Disorder. Journal of Autism and Developmental Disorders https://doi.org/10.1007/s10803-019-04087-w
Foto: https://pasberita.com/fakta-anak-bungsu/