Todo padre sabe lo difícil que es la etapa de la adolescencia y ni hablar si a eso se le suma el autismo y si queremos complicarla más en período de cuarentena por un virus que hasta hace poco no sabíamos ni que existía. Por eso hoy nos encontramos con un gran dilema ¿cómo actuar?

Hasta hace pocos días todos salíamos de casa a cumplir obligaciones, los chicos al colegio, a terapias, a actividades recreativas y nosotros a trabajar, a hacer trámites y demás, todo eso está detenido por un tiempo incierto.

Sabemos que durante años enseñamos rutinas, organización, uso de agendas a nuestros chicos y eso trajo en muchos casos la posibilidad de comprensión y bajar el estrés y ansiedad que les causaba lo desconocido. Ahora nos enfrentamos a un nuevo orden, todo lo que teníamos momentáneamente no nos es útil, asique tenemos que pensar juntos un nuevo orden por un tiempo sin tiempo.

Algunas pautas que podemos tomar y tener presentes en tiempo de cuarentena serían:

  • Tratar de entender a nuestro hijo, su frustración por no continuar con su vida normal, su ansiedad por desconocer que va a suceder, a pesar de lo que se dice de las dificultades de interacción social, les hemos enseñado todos estos años a ser “seres sociables” en la medida de sus posibilidades y hoy les decimos que no pueden salir, no pueden ver a sus amigos, no pueden asistir a sus grupos, no pueden ver a sus familiares queridos, etc. Pongamos un manto de comprensión al enojo de la situación, a la frustración que  a veces genera conductas no deseadas.
  • Usemos nuestro tiempo hoy más libre para hablar con ellos, para saber como se sienten, y contarles como nos sentimos nosotros dándoles una visión lo más positiva que podamos.
  • Compartir sus intereses, ejemplo, yo no soy fan de la cumbia, pero a mi hijo le encanta, asique hoy bailamos cumbia.
  • Tratar de armar con el una rutina del día que podamos ir manteniendo, tal vez sin horarios estrictos ya que no son tan necesarios, pero si es necesario un nuevo ordenamiento para reducir la ansiedad.
  • Pedirles ayuda para las actividades diarias que antes no eran solicitadas, recordar que no es una orden ni tal vez una tarea estructurada, yo uso el “gordi, me ayudas a poner la mesa”. Y también tener presente que no son tiempos para corregir simplemente yo arreglo lo que dejo tal vez mal ubicado.
  • Por momentos y ante situaciones que otras veces encarábamos, hoy hacer ojos y oidos que no ven y escuchan. Es preferible ignorar algunas situaciones que sabemos que podrán escalar y volverse difíciles.
  • Si tienen actividades escolares que cumplir, acompañarlos en eso y no pensar que deberán cumplir con todo, iremos haciendo lo que podemos.
  • Pedir ayuda a sus terapeutas, que están abiertos a ayudarnos y de aquellas estrategias que nos dan amoldarlas a nuestros hijos y a nosotros.
  • Necesitamos en este tiempo redoblar la dosis de calma, respeto y amor hacia ellos. Sin olvidarnos que también tenemos que tener lo mismo para con nosotros.

Hoy no me exijo más allá de lo que puedo, es un tiempo de cuidarnos y preservarnos no solo del virus, sino de nosotros mismos.

Patricia Orea, mamá de Lucas