Los niños con autismo pueden frustrarse fácilmente al tener dificultad con una actividad o con la interacción con los demás.

Muchas veces no se dan cuenta que pueden pedir ayuda o no saben cómo pedirla. La dificultad para comunicarse también provoca frustración. A algunos niños con TEA les cuesta compartir y tomar turnos, esto puede ser el resultado de su dificultad anticipar eventos futuros.Esto puede representarse con comportamientos agresivos, gritos y llanto o berrinches.

Los cambios en la rutina pueden causar mucha ansiedad; por ejemplo, si hacemos un recorrido distinto al habitual, el niño puede empezar a gritar y llorar. Algunos de estos comportamientos pueden ser desencadenados por una extrema sensibilidad a ciertos sonidos, olores o sensaciones. También aparecen como forma de comunicar que no quiere hacer algo.

¿Qué podemos hacer?

  • Mantener la calma y recordar que el comportamiento del niño es un intento de comunicación; no necesariamente está siendo caprichoso.
  • Es importante investigar el motivo de la conducta inapropiada. Llevar un registro de las mismas puede ayudar a encontrar qué las desencadena.
  • Tenemos que estar seguros de que la actividad no sea demasiado difícil para el niño. Podemos desglosar la tarea en pasos que sepamos que él puede hacer. Es importante que las actividades se ajusten al nivel de desarrollo del niño, que no necesariamente coincide con la edad cronológica. Si fracasa, puede llegar a enojarse y abandonar una tarea completamente. En ese caso, darle mucho ánimo y consuelo para calmarlo y ajustar la tarea para que pueda hacerla.
  • Podemos enseñarle una frase o gesto para pedir ayuda o para cambiar de actividad. Las agendas visuales también podrían ayudar al niño a anticipar el momento de pasar de una actividad a la siguiente.
  • Tener un lugar seguro donde el niño pueda relajarse cuando se sienta sobrecargado. Crear un ambiente que está en calma, predecible y estructurado. Un espacio físico donde el niño puede retirarse es importante, aunque solo sea un rincón. El niño debe asociar este lugar como una zona de seguridad y calma, no como un lugar de castigo.
  • Desarrollar habilidades de juego del niño, acompañarlo en los tiempos de recreación y enseñarle a no aburrirse.
  • Ser consciente con nuestra reacción ante una conducta inapropiada. Si el comportamiento agresivo o el berrinche se produce con el fin de evitar una tarea, podemos usar un lenguaje claro y sencillo para decir al niño con firmeza lo que espera y lo que es apropiado. Si el niño continúa actuando agresivamente, podemos cambiar el foco durante unos minutos, sin mirarlo ni retarlo. Después, volvemos a llevarlo para que termine la tarea¸ si es necesario, ponemos nuestra mano sobre la del niño para realizar la acción. Lo felicitamos cuando termina. Por ejemplo, le pedimos que guarde los juguetes, ponemos nuestra mano sobre la del niño si es necesario, y luego lo felicitamos por su buen comportamiento.
  • Puede tomar algún tiempo para que el niño entienda las reglas sociales de intercambio y de espera de turnos. Estas habilidades se deben practicar con frecuencia desde una edad temprana.
  • Algunos niños pequeños con autismo tienen una reacción negativa muy fuerte para escuchar la palabra “no”. Esta palabra puede provocar una explosión o un berrinche muy grande. Otra vez, podemos ignorar el comportamiento sin ignorar al niño, así evitamos lesiones sin permitir que este comportamiento se instale como forma de comunicación.
  • Permitir que el niño realice comportamientos repetitivos u obsesivos si esto ayuda a que se calme. Introducir gradualmente técnicas de relajación más apropiadas, como escuchar música o realizar una actividad física.

 

Autoagresiones

Los niños pueden tener autoagresiones, como golpearse la cabeza contra el piso, morderse o rascarse hasta lastimarse. Este comportamiento puede ser una forma de comunicación, puede ser una forma de manifestar mucha ansiedad, o dolor. Esta conducta también puede ser causada por la frustración.

¿Qué podemos hacer?

  • Observar el comportamiento, cuándo y dónde se produce, que está presente en el momento y cualquier otro factor que pueda contribuir a esto.
  • No ignorar al niño ni permitir que se lastime, pero ayudarlo sin hacer mención al comportamiento. Por ejemplo, podemos llevarlo a otro ambiente diciendo que sabemos que está enojado, pero sin decirle que no se pegue. Las reacciones de sorpresa o enojo pueden reforzar este tipo de comportamiento.
  • Dar a los niños un montón de elogios, atención y recompensas para el comportamiento apropiado y cuando el niño utiliza palabras o gestos para comunicarse.
  • Cambiar el foco o distraer al niño cuando está molesto.

 Modificado de Aggression, Frustration and Temper Tantrums. Autismhelp
Foto modificada de: mariagraziamontagnari.net Flickr via Compfight cc