La musicoterapia de improvisación para niños con TEA se escribe como un abordaje centrado en el niño haciendo uso de la posibilidad de que el compromiso social y la expresión de las emociones se produzcan a través de la música de improvisación. En lugar de practicar habilidades de una manera abstracta, esta terapia se ha destacado por su potencial para proporcionar un marco significativo que abarca características relevantes de la comunicación social. Se ha sugerido que puede facilitar las habilidades fundamentales para la interacción.
La mayor parte de los diversos métodos de intervención disponibles y reportados para el TEA están diseñados para mejorar la comunicación y las interacciones sociales, pero hay poca evidencia científica de su eficacia. Algunos resultados favorables pueden encontrarse en los enfoques, tales como las intervenciones tempranas de comportamiento y la comunicación aumentativa. Sin embargo, si se aplican estándares rigurosos, mejoras estadísticamente significativas en la comunicación y el discurso sólo podía determinarse en una intervención focalizada en la comunicación mediada por padres, intervención en el comportamiento mediada por padres y musicoterapia. Del mismo modo, en una revisión de “nuevos y emergentes” tratamientos para TEA, encontró que la melatonina, inhibidores de la acetilcolinesterasa, naltrexona, y la musicoterapia fueron los que alcanzaron el puntaje más alto en un sistema de clasificación basado en una escala de evidencia. Teniendo en cuenta que los tratamientos farmacológicos suelen centrarse en síntomas como hiperactividad, agitación, trastornos del sueño, en lugar de los síntomas principales de TEA, y que pueden tener efectos adversos, la musicoterapia puede ser considerada como un tratamiento prometedor, aunque no suficientemente acreditado para la mejora de las habilidades de interacción social y comunicación dentro del TEA.
La musicoterapia tiene una larga tradición dentro del TEA, y hay muchos informes clínicos, estudios de casos y estudios de un solo grupo que sugieren que la musicoterapia puede mejorar las habilidades de comunicación social, tales como iniciar y responder a los actos comunicativos. En los últimos años, mayores esfuerzos se han hecho para llevar a cabo estudios más rigurosos en esta área. Una revisión, se llegó a la conclusión de que este tipo de intervención puede tener efectos positivos en las habilidades comunicativas de los niños con TEA, pero también tomó nota de la aplicabilidad limitada de los resultados de los estudios a la práctica clínica.
Se necesitan más ensayos rigurosamente diseñados que examinen la eficacia de la musicoterapia en trastornos del espectro autista que aporten resultados generalizables a la práctica clínica.
Foto: Camp ASCCA via Compfight