El DSM-5 requiere que el diagnóstico de TEA especifique si se acompaña de discapacidad intelectual. Sin embargo, esto es difícil de determinar. Los resultados de las evaluaciones realizadas varían dramáticamente dependiendo del instrumento utilizado para medir inteligencia.
Las Matrices Progresivas de Raven (RPM) y las escalas Wechsler son instrumentos utilizados para la estimación de inteligencia, sin embargo, son notablemente diferentes en la forma en que están estructuradas y administradas. La escala Wechsler implica la administración individual de varias subpruebas, algunas de ellas específicas para cada cultura, que evalúan un número limitado y concreto de habilidades que reflejan las capacidades generales latentes. Las matrices progresivas de Raven son 60 ítems de prueba de razonamiento que minimizan la necesidad de instrucciones de la tarea, pero no necesariamente reflejan la inteligencia de una persona, sobre todo si la persona es tiene un desarrollo distinto. Mientras la escala Wechsler es en cierta medida subjetiva y depende de cómo se administra, este no es el caso de RPM, una prueba sin límite de tiempo en la que cada elemento tiene solamente una respuesta correcta.
En la población típica, estos dos enfoques muy diferentes proporcionan estimaciones similares del potencial intelectual. Esto no es, sin embargo, necesariamente cierto para adultos o niños en el espectro del autismo, cuyas puntuaciones de RPM se han reportado como significativamente, y a veces de manera espectacular, superior a su escala completa Wechsler IQ (CIT).
En el campo de la inteligencia humana, RPM tiene desde hace mucho tiempo singular importancia como prueba de las construcciones de la inteligencia fluida y de la inteligencia general. También es reconocida como la única prueba más compleja de la inteligencia (Snow et al., 1984). Además hace demandas sobre una amplia gama de habilidades, como control de la atención y la integración de alto nivel o el razonamiento abstracto, que durante mucho tiempo se han presumido deficientes o incluso inexistentes en el autismo. Esta evaluación es a menudo considerada como una prueba ” no verbal ‘, aunque en la población no autista las habilidades verbales son cruciales para determinar el rendimiento. Por lo tanto, el rendimiento RPM presenta interesante desafíos a las teorías comúnmente invocadas de las limitaciones de un apersona con autismo y a la recurrente premisa de que el autismo de por sí causa baja inteligencia.
Sin embargo, las escalas de Wechsler siguen siendo dominantes en la investigación del autismo y muy probablemente en la práctica. La última Wechsler Escala de Inteligencia para Niños (WISC-IV; Wechsler 2003) introduce cambios sustanciales de anteriores Versión WISC-III (Wechsler 1991), en muchos niveles. Tal vez la modificación más marcada WISC-IV es el Índice Perceptual de Razonamiento (PRI). PRI combina la subprueba de diseño de bloques, en la que muchas personas con autismo tienen un ”pico de capacidad”, con dos subpruebas completamente nuevas, Conceptos de imagen y Matriz de razonamiento.
Los resultados de este estudio proporcionan evidencia preliminar de que la última versión de Wechsler para niños, WISC-IV, puede subestimar la inteligencia de los con autismo o trastornos del lenguaje. Los niños con TEA logran una puntuación significativamente mayor cuando son evaluados con RPM que con las escala WISC-IV, una discrepancia no encontrada en los niños neurotípicos.
Cada vez más estudios desafían la visión recurrente de que el autismo es incompatible con el desarrollo de una verdadera la inteligencia. Del mismo modo, los hallazgos también desafían la idea de que las fortalezas de las personas con autismo se limitan a la memorización o a islas aisladas de capacidad. En cambio, hay evidencia de que el razonamiento complejo y novedoso así como las habilidades para la solución de problema pueden ser importantes en el autismo.
De hecho, el estudio actual se suma a los datos existentes que sugieren cautela al interpretar los resultados de pruebas de inteligencia en individuos con autismo, que pueden ser desfavorables por razones no relacionadas con su potencial intelectual.