Estamos hablando concretamente: de personas que acuden a profesionales porque necesitan ayuda, no porque quieren hacerse un estudio de personalidad o por curiosidad. Y que necesitan un diagnóstico que sea una hipótesis concreta de trabajo para salir o encauzar un desarrollo que no parece ser muy funcional en algunos aspectos al menos.

Un diagnóstico no tiene nada que ver con un rótulo. El diagnóstico en nuestro campo es hipótesis de trabajo, indispensable para comprender un problema y nuestra posible intervención en el mismo. Los rótulos pueden corresponderse con categorías sociales.

Si el autismo es una condición desde lo social, tampoco necesitaría rótulo. Pero si aceptamos que es una condición, tenemos que tener claro si en ella hay algo disfuncional, algo que justifique un desarrollo intervenido. Tenemos que entender entonces cual puede ser el posible trastorno que interfiere en le vida diaria y en el desarrollo de un niño.

Autismo podría ser un fenotipo que se manifiesta en temperamento y luego en personalidad y por lo tanto, no necesariamente patológico. Pero claro una cierta cantidad de personas con ese fenotipo, no llegan a adquirir capacidades auto-gestivas, lo que hace que necesiten ayudas para compensarlas o aprender a desarrollarlas por otras vías. Esto es lo que las incluye en las nosologías, no lo autista. Pensar el problema de este modo, en mi caso evita que me quede enceguecido con el rasgo y olvide cual es el problema de la persona.

Al autismo uno puede llamarlo rasgo, fenotipo conductual, condición, personalidad, etc., en fin como quiera, siempre y cuando uno se de cuenta que lo que todas las personas necesitamos son recursos para afrontar la vida diaria en forma eficaz y evolutiva dentro de un proyecto personal individual y, si es posible, social.

¿podríamos insistir que lo patológico no es lo autista sino la inadecuación de los recursos que tenemos para afrontar el mundo? Luego si las campañas sirven para que los profesionales nos reposicionemos en la individualización del problema de cada persona: OK.  Como sociedad no necesitamos conocimientos sobre una supuesta condición autista; si necesitamos, desarrollar individual y colectivamente tolerancia hacia las diferencias de todo tipo.  Que las diferencias no nos inspiren rechazo, sin necesidad de tener que tomar un curso sobre cada forma de ser diferente. ¿Quiénes son/somos los diferentes?

No me convence aún el concepto de “normotipo”, me parece que apunta a la discriminación en ambos sentidos y sabotea todo tipo de integración.  Si hubiera una campaña a la cual tal vez podría adherir sería algo así como “construyamos empatía”, sabiendo que todos podemos hacerlo, aún las personas llamadas autistas. La empatía es el medio que tenemos de comprender afectivamente a los demás, sin que necesariamente tengamos un conocimiento intelectual de lo que les ocurre o de cómo son.

Y no puedo evitar recordar lo que leí en una página escrita por una persona que decía tener un SA: “los especialistas en autismo, no existen”. Me parece genial: porque en todo caso, si fuéramos especialistas: ¿en que seríamos especialistas?, ¿en la condición o en el trastorno?, ¿en el trastorno o en el tipo de personalidad?

Se que tengo que seguir estudiando entonces y tratar de encontrar que es lo que interfiere en la vida de un niño y no le deja compartir con los demás, en forma espontánea y fluida, las cosas, juegos, palabras y otros tipos de códigos comunes.

Le agradecemos al Dr. Miguel Angel García Coto por responder a nuestra pregunta: “¿Que opinas sobre las campañas para cambiar la palabra trastorno por condición?”

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