¿Qué pasa si se les enseña a los padres a implementar intervenciones sociales tempranas? ¿Qué tan efectivos son este tipo de abordajes? ¿Hay diferencia en la forma en que se encaran estos proyectos? En este trabajo midieron los avances de niños pequeños luego de enseñar a los padres a implementar estrategias en entornos naturales y se vio que había mejoras significativas cuando este proyecto se hacía de forma individual e intensiva y no grupal.
La intervención temprana efectiva (IE) para niños con trastorno del espectro autista (TEA) tiene el potencial de mejorar los resultados, lo que puede reducir los costos educativos. Aunque es posible un diagnóstico estable a los 18 a 24 meses, la mayoría de los niños son diagnosticados recién cerca de los 4 años, y esto se extiende más en aquellas familias con bajos ingresos o en zonas rurales, lo que significa que se pierde la ventana de oportunidad para EI.
La recomendación de que los niños reciban 25 horas por semana de participación en actividades educativas sistemáticamente planificadas y apropiadas para el desarrollo es respaldada por revisiones sistemáticas. La intensidad de servicio recomendada y la urgencia de acceso refleja que los déficits tempranos de atención social conducen a efectos de cascada en el aprendizaje.
Los estudios longitudinales y transversales sugieren que la participación de los padres es clave en el desarrollo a largo plazo. Aunque los tratamientos intensivos implementados por profesionales a menudo incluyen a los padres, la atención se centra en la implementación por parte del terapeuta. Investigaciones previas destacan las limitaciones de los enfoques de educación a padres, lo que resalta la necesidad de métodos innovadores que conduzcan a efectos de tratamiento más fuertes.
Es vital mejorar el acceso temprano a la atención. La intervención que comienza antes de los 24 meses, cuando los síntomas son generalmente menos severos, puede reducir la necesidad de una intervención más intensiva más adelante. Las limitaciones de los enfoques existentes identifican una necesidad crítica de intervenciones comunitarias viables basadas en evidencia para niños pequeños con TEA que pueden ser adoptados e implementados por los sistemas públicos.
Para abordar estas necesidades los autores desarrollaron el Proyecto de Intervención Social Temprana (IST) mediante la incorporación de ingredientes activos basados en evidencia. El tiempo profesional se reduce mediante porque son los padres en entornos naturales quienes lo implementan, abordando la intensidad necesaria para niños con TEA: enfoque centrado en el paciente, aprendizaje en entornos naturales, entrenamiento colaborativo para apoyar el aprendizaje y la generalización, marcos de desarrollo para priorizar los resultados, instrucción sistemática utilizando estrategias basadas en la evidencia, e intensidad necesaria para los niños con TEA, logrado mediante la incorporación de estrategias en las actividades diarias destinadas a la implementación de los padres 25 horas por semana.
Los autores compararon dos IST diferentes, que varían en la forma (individual o grupal), en la frecuencia y el lugar (en casa o en la clínica) en que se enseña a los padres de niños pequeños con TEA. Compararon resultados en cuanto a la comunicación, síntomas de autismo, comportamiento adaptativo y nivel de desarrollo.
Tras 9 meses de intervenciones mediadas por padres, se observaron efectos significativos en el desarrollo de los niños. La IST-grupal resultó ser similar a otras intervenciones mediadas por padres una vez por semana en una clínica y contrasta con la IST-individual, que consistió en sesiones individuales 2 o 3 veces por semana, 2 en domicilio. Tomados en conjunto, estos hallazgos respaldan la eficacia diferencial de IST-individual en comparación con IST-grupal. La IST-individual reflejó a una mejora significativamente mayor en los componentes sociales de la comunicación y el lenguaje receptivo en comparación con la grupal. También se vieron mejoras en las actividades de la vida diaria y socialización, en contraste con el empeoramiento observado en quienes utilizaron la grupal.
Estos hallazgos son particularmente importantes dado los efectos limitados de otras intervenciones mediadas por padres. La comparación de 2 condiciones de IST es un enfoque conservador para evaluar la eficacia, aunque la forma individual fue superior. La edad temprana de estos niños pequeños en la línea de base puede contribuir a los efectos de tratamiento más avanzados.
La comparación de 2 condiciones de enseñanza activas proporciona información sobre diferentes efectos. Se observaron mejoras en los déficits sociales y del lenguaje expresivo para el IST grupal. Sin embargo, enseñarles a los padres de forma individual en el hogar durante 2 sesiones adicionales por semana condujo a una gran mejoría de las habilidades sociales y del lenguaje receptivo, y disminuyó el empeoramiento de las conductas adaptativas.
Los actuales sistemas de cuidado de la salud y educación tienen el desafío de proporcionar una intervención de intensidad adecuada que sea efectiva para los niños pequeños con TEA. Los servicios prestados por profesionales promedian de 2 a 3 horas por semana. ESI incorpora ingredientes basados en evidencia implementados por padres en entornos naturales mientras se mantiene un tiempo profesional comparable al de los sistemas actuales. La eficacia del ESI individual en comparación con el ESI del grupo en varias áreas es particularmente importante para entender los resultados de otras intervenciones mediadas por padres con niños pequeños con TEA.
Modificado de:
Rubenstein E, Chawla D. (2018) Broader Autism Phenotype in Parents of Children with Autism: A Systematic Review of Percentage Estimates. Journal of Child and Family Studies 27:1705–1720
Foto: Simon Laroche_8 Flickr via Compfight cc